Sevilla, llena de color, arte y buen ambiente, es una ciudad que atrae al visitante con una mezcla de belleza y emoción. Sus monumentos, como la imponente catedral gótica, epicentro de uno de los cascos antiguos más grandes de Europa, son el escenario perfecto para disfrutar de la ciudad. Dividida en dos por el río Guadalquivir, la capital de Andalucía te enamorará cuando pasees por las callejuelas de sus barrios con más encanto como el de Santa Cruz o Triana, visites impresionantes monumentos como la Catedral o el Alcázar o pases por el Parque de María Luisa.

Aquí te dejamos los 5 lugares imprescindibles que tienes que ver en tu visita a Sevilla. ¿Quieres conocer su historia y las curiosidades que los rodean?. Sigue hasta el final y encontrarás una sorpresa que hemos preparado para ti.

1. El Alcázar

Declarado Patrimonio de la Humanidad, el Real Alcázar, un espléndido conjunto palaciego en el que podrás contemplar construcciones de varios estilos arquitectónicos unidos por preciosos jardines. Se trata de uno de los palacios en uso más antiguos del mundo y en él se puede contemplar la influencia de las culturas que han pasado por Sevilla desde finales del siglo XI hasta nuestros días.  Comenzó su edificación durante la Edad Media, siguió su construcción durante la época islámica y después tras la conquista cristiana. Este espacio recibió en 2014 un total de 1.324.910 visitas. La belleza de sus estancias no deja indiferente a quienes lo visitan y pocos se pueden resistir al encanto de pasear por sus jardines.

2. La Plaza de España

La Plaza de España, construida por la Exposición Iberoamericana de 1929 y situada junto al Parque de María Luisa, es la plaza más importante que ver en Sevilla y una de las más bonitas del país. La plaza tiene forma semielíptica y simboliza el abrazo de España a sus antiguos territorios americanos. En este enorme espacio monumental de más de 50.000 metros cuadrados sobresale un gran edificio central flanqueado por dos torres de estilo barroco y un canal de más de 500 metros de longitud, que puedes recorrer en barca.

3. La Catedral y la Giralda

La Catedral de Sevilla es otro de los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad en Sevilla en 1987. Con 11.520 m2, es el tercer templo más grande del mundo y la catedral de estilo gótico de mayor tamaño. Su construcción empezó a finales del siglo XII como mezquita, de la que todavía se conservan el Patio de los Naranjos y el alminar (la Giralda), aunque al cabo de un siglo, después de la reconquista cristiana, se convirtió en la iglesia de Santa María y más tarde en Catedral. Si el exterior impone por su fantástica fachada llena de detalles y sus 10 pórticos, entre los que destacan la Puerta de la Asunción y la Puerta del Perdón, el amplio interior no se queda atrás con varias joyas como el coro, las capillas laterales, el magnífico Retablo Mayor, las tumbas de varios reyes de Castilla y sobre todo, la de Cristóbal Colón, sostenidos por 4 figuras que representan los cuatro reinos de España de aquella época.º

Tras entrar en la Catedral hay que subir más de 100 metros para llegar a la Giralda, cuyo campanario y antiguo alminar se han convertido en uno de los símbolos de Sevilla. Al llegar a la cima tendrás una gran vista de toda la ciudad y te acercarás al Giraldillo, la escultura que corona la torre y simboliza la victoria cristiana ante los árabes.

4. El Antiquarium

Localizado bajo las Setas de Sevilla, en la céntrica Plaza de la Encarnación, el Antiquarium es un valioso espacio arqueológico en el que se conservan importantes vestigios de los periodos romano, visigodo e islámico. Los restos arqueológicos del Antiquarium de Sevilla fueron encontrados por casualidad al realizarse las excavaciones para la construcción de un aparcamiento subterráneo en la plaza y, tras ser extraídos con el mayor cuidado posible, el museo fue inaugurado en 2011.

El espacio arqueológico del Antiquarium permite descubrir cerca de 5.000 metros cuadrados de excavaciones paseando a través de numerosas pasarelas que se ciernen sobre los restos de conjuntos de calles y casas romanas pertenecientes a diferentes siglos, además de mosaicos, fuentes y un sinfín de elementos antiguos.

5. La Torre del Oro

A orillas del río Guadalquivir encontramos otro de los iconos de la ciudad y otro de los imprescindibles que ver en Sevilla, la Torre del Oro. Se trata de una torre albarrana de planta dodecagonal y de 36 metros de altura, que fue levantada por los árabes en el 1220. Con 36 metros de altura esta torre albarrana estaba unida a la Torre de la Plata formando una parte importante de la muralla que protegía a la ciudad de los ataques de los piratas por mar y aunque su primera finalidad era defensiva, a lo largo del tiempo tuvo diferentes usos como prisión de nobles o almacén de pólvora. En la actualidad alberga el pequeño Museo Marítimo de Sevilla y tiene unas excelentes vistas de la ciudad y el río desde su terraza.